Un día estás en casa, limpiando de acá para allá, hasta que aparece el michi y ¡zás! te da un mordisquito en el gemelo y se va corriendo. ¿A cuántos nos pasa?
Seguí leyendo para ver cómo disminuir este comportamiento.
Desde pequeños, mamá gata enseña a sus crías a cazar y defenderse, pero eso mismo, ya adultos, se puede volver un gran problema.
Arañar y morder es una conducta natural en gatos. Esta forma agresiva de jugar es más probable que provenga de felinos que fueron separados de su madre o grupo antes de que pudieran aprender que no se debe hacer; o también que no fueron educados de forma correcta cuando eran cachorritos.
¿Por qué se produce esta agresividad al jugar?
Esta agresividad se produce al jugar de forma incorrecta con ellos. Cuando son gatitos es inevitable que nos cause ternura - porque tampoco duele- pero con el tiempo y el crecimiento del gato y sus uñitas, se puede volver doloroso y dejar marcas.
Si no solía tener esta actitud y ahora la presenta, recomendamos llevarlo al veterinario o etólogo para una revisión y que sepan identificar si realmente está jugando o los ataques tienen otro origen. Por ejemplo, una molestia física que lo lleva a ponerse arisco.
Consejos para lidiar con la agresividad por juego
Quedate quieto. Moverse o correr le indicará que sigue el juego.
Tomá distancia, ignoralo. Evitá acariciarlo, para que comprenda que su conducta no es positiva.
NUNCA juegues con tus propias manos y pies.
Tené juguetes cerca para desviar su atención y que se concentre con lo que sí puede jugar.
Este comportamiento, por lo general, no genera fuertes lastimaduras. A lo sumo un moretón o marca… Hay que estar atentos para que no replique esta conducta a la hora de jugar con otras personas (por ejemplo, niños) u otros animales.