Más tarde o más temprano los chicos suelen empezar a pedir una mascota en el hogar. Si estás pasando por eso y tenés dudas, compartimos algunos consejos para tener en cuenta antes de traer un amiguito de cuatro patas a tu familia.
Es innegable que la mayoría de los niños tienen un gran afecto por los animales. La presencia de un peludito propio puede influir positivamente en su desarrollo y crecimiento de diversas maneras.
En nuestro país, aproximadamente el 78% de las personas tienen mascotas. Para los niños, estos animales no solo son compañeros, sino también un apoyo emocional en momentos difíciles.
Además, desde cierta edad, las mascotas pueden ayudar a inculcar el sentido de responsabilidad y el compromiso con el cuidado. Estudios han demostrado que incluso en infancias con enfermedades crónicas o capacidades diferentes, las mascotas pueden jugar un papel crucial en su recuperación y mejorar su calidad de vida.
La interacción de los chicos con mascotas domésticas, bajo supervisión adecuada, beneficia tanto a los niños como a los animales. Estos vínculos afectivos fortalecen la personalidad, promueven la autoestima y estimulan el desarrollo cognitivo de los pequeños.
Pero mucha atención: existen potenciales riesgos en la convivencia de nuestros hijos y mascotas, como las mordeduras, diversas lesiones y hasta transmisión de enfermedades.
Esto puede deberse a ciertas cuestiones inherentes a:
Los niños: edad, conductas inoportunas, falta de supervisión.
El medio ambiente: hogares pequeños, espacios inadecuados.
Los perros: razas no recomendables para pequeños, conductas agresivas.
Es por eso que en general se desaconsejan especies exóticas y animales no tradicionales como primera mascota de chicos pequeños.
Algunos beneficios de traer mascotas al hogar
Forman el sentido de responsabilidad.
Se desarrolla la empatía y el respeto por otros seres vivos.
Forzan lazos afectivos.
Reducen el estrés y la ansiedad.
Refuerzan su sistema inmunológico.
Desarrolla la comunicación entre miembros de la familia.
Aporta un efecto positivo en la autoestima.
¿A partir de qué edad podemos empezar a pensar en adoptar mascotas?
Introducir una mascota en la familia durante la etapa escolar de los niños puede ser beneficioso, ya que les permite desarrollar habilidades sociales y disfrutar de juegos físicos, imaginativos y libres.
Desde los 6 años en adelante, los pequeños pueden establecer conexiones emocionales fuertes con sus mascotas y asumir responsabilidades en su cuidado. Estas interacciones también pueden enseñarles sobre biología y responsabilidad desde temprana edad.
Es importante tener en cuenta que los chicos pueden tener dificultades para distinguir entre un animal y un juguete, lo que podría llevar a situaciones involuntarias de agresión por parte del animal si se le molesta o manipula bruscamente. En última instancia, los adultos deben tomar esta decisión considerando la personalidad de sus hijos y su capacidad para participar en el cuidado de los animales.
Es importante recordar que adoptar mascotas no solo proporciona satisfacción, sino también un amor y gratitud duraderos por parte de los animales. Hay numerosas organizaciones que ofrecen perros y gatos en adopción, con una variedad de edades, características físicas y personalidades.
Cómo pueden colaborar los más chiquitos en el cuidado de la mascota
Limpieza y peinado: es una tarea súper simple que además va a intensificar el vínculo entre ellos. Pueden ayudar poniendole shampoo al bichi a la hora de bañarlo o sumar a la rutina la pasada del peine (hacerlo siempre después de hacer la tarea, por ejemplo).
Ejercicio conjunto y trucos nuevos: es una gran manera de además incentivar a nuestros niños a mover el cuerpo. Puede ser de cualquier forma pero siempre con nuestro bichi al lado: saltar, rodear, correr, esconderse, trepar, jugar con una pelota.
Manualidades: se puede planificar una tarde de artesanías que incluyan hacer un retrato de nuestro nuevo peludito y hasta fabricarle un juguete con nuestras propias manos y con elementos que tengamos en casa.
Vamos a la plaza: hacer que los chicos nos acompañen a sacar a pasear al nuevo integrante de la familia es genial para que puedan aprender los códigos de la vía pública. Levantar sus necesidades, sostener muy bien la correa, estar atentos a otros perros y personas, comportamiento apropiado en el canil.
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